Rara vez me inspiro sentada en mi escritorio, mirando una pantalla en blanco. Y, sin embargo, como muchos de vosotros, ¡así es como paso la mayoría de mis días como empresaria de un negocio online!
Entonces, ¿dónde encuentro mi espíritu creativo? ¿Qué me trae la inspiración para escribir?
1. Da la cara – y deja ir el resto
En primer lugar, tengo que salir de mi propio camino (psicológicamente hablando).
La inspiración puede ser inconstante, así que no confíes ciegamente en ella. De hecho, recomiendo tomar el enfoque de Elizabeth Gilbert. Trata a su musa como un espíritu independiente. Sabe que no puede ser vencida en la sumisión. En cambio, simplemente hace la promesa de aportar su parte. Se presenta con el bolígrafo (o el teclado) en mano, y se prepara lo máximo posible para ser el instrumento de la musa cuando pase por allí.
Esto es lo que te recomiendo a ti también, tanto si te identificas como escritora creativa, como si eres una persona de negocios que escribe páginas web, correos electrónicos y artículos de blog porque sabes que es una forma importante de compartir tu mensaje.
Practica ver a la musa de forma independiente y simplemente haz tu parte – preséntate consistentemente en el lugar donde escribes, limita las distracciones, y date un límite de tiempo – digamos, 1 hora. Estate abierta a la musa, y quédate sentada allí todo ese tiempo. Una hora más tarde, aunque la musa no haya venido a visitarte, eres libre de seguir adelante con tu día. La clave es volver a aparecer mañana, porque la musa vendrá eventualmente.
Es mi creencia personal que cuanto más desarrolles esta práctica y fomentes una relación de baja presión con tu musa, más inspiración para escribir te vendrá. Porque has dejado claro que participas voluntariamente en el proceso creativo.
2. Viajar
En un año ordinario, suelo visitar al menos 2 países, si no 2 continentes. Hay muchas razones para ello, desde el amor por la comida, a visitar a amigos, a poder deleitar la belleza natural. Sin embargo, debajo de todo esto hay una profunda sensación de tomar conciencia que ocurre cuando visito un nuevo lugar, especialmente un lugar que estimula la imaginación.
Los viajes han inspirado a muchos artistas a lo largo de los siglos. Siempre pienso en las visitas de Van Gogh a través de Europa o en el Grupo de los Siete vagando por las tierras salvajes de Canadá. La exposición a lo desconocido, en forma de color, terreno, festivales, y más, todo ello conduce a obras de arte universalmente queridas. Creo que es porque el artista es un extraño en esa tierra, por lo que pueden reconocer su belleza única de una manera que un local podría aceptar como la norma, y pueden presentarnos como compañeros extraños, o reintroducirlo a los locales a través de los ojos del artista.
Como escritores, podemos hacer lo mismo que los pintores. Todo lo que se necesita es una mente abierta, la voluntad de participar en el lugar al que viajamos, y la biología hace el resto, aumentando todos nuestros sentidos para que podamos absorber cada gota de nueva información. Es milagroso, y puede suceder en cualquier momento que nos alejemos de nuestra ciudad natal.
Incluso cuando estamos confinados en casa, hay formas de acercarse a los beneficios que tiene viajar. Echa un vistazo a mi reciente artículo para saber más.
3. Historia e historias familiares
La razón por la que me gusta tanto la historia y que por eso la estudié en la universidad es que, afortunadamente, siempre tuve cerca narradores que compartían historias de personas reales que existieron antes que yo.
Una de las primeras fue Caroline Lawrence – que escribió ficción histórica, pero con detalles reales sobre la antigua Roma que solo un graduado de los clásicos podría proporcionar. Otro fue mi profesor de Historia Europea Moderna Temprana de 2º de Bachillerato, quien nos pintaría vívidamente el gran cuadro de la Ilustración, a la vez que compartía las fuentes primarias más valientes escritas por la gente común en la Revolución Haitiana.
Como en una buena novela, me vi envuelta en estas historias, historias reales de nuestros antecesores. Y me inspiré sin cesar.
Mucho antes de escuchar fábulas de la historia de la humanidad, escuché historias familiares. Aprendí que mi bisabuela tuvo más posibilidades que los hombres del ejército, pero nunca dejó Winnipeg en la Segunda Guerra Mundial, y que mi nonni italiano dejó a todos los que amaba en un barco hacia Halifax en los años 50. Trabajaron desde cero en Toronto con educación de tercero de primaria y discriminación a cada paso, trabajando en el metro y en fábricas de pollos y juguetes hasta que pudieron enviar a mi madre y a su hermano a la universidad. Estas son historias específicas de la resiliencia humana, el heroísmo, las fallas y la tragedia – marcadas por los eventos históricos que conforman el gran cuadro llamado “historia”. Y son igual de inspiradoras.
Entonces, ¿cómo captas esta inspiración? Podrías escribir ficción histórica, por supuesto, pero también podrías inspirarte escribiendo ciencia ficción basada en la política de estos tiempos, o convirtiendo una relación particular de entre tus ancestros en un romance de los de hoy en día. O tal vez simplemente quieras escribir sobre la historia real en sí, donde se cruza con un tema de tu blog o ilustra una lección de las que enseñas en tu negocio.
Es casi como viajar de nuevo, pero viajando en el tiempo. Se pueden aplicar los mismos beneficios.
4. Disfrutando otras formas de arte
Cuando era adolescente, leí el libro Roba como un artista y me quedé impresionada por ideas como estas:
“Si nos liberamos de la carga de intentar ser completamente originales, podemos dejar de intentar hacer algo de la nada, y podemos acoger la influencia en lugar de huir de ella”.
Es cierto que no hay nada nuevo bajo el sol – ¡y eso es algo bueno! ¡Qué alivio! Ser original es mezclar lo familiar de una manera nueva, o mezclar dos o más cosas desconocidas por primera vez. Eso es una novedad. Incluso los representantes de libros buscan lo nuevo en lugar de algo que nunca se ha hecho antes. ¡Así que abraza la libertad que viene con ser liberado!
Independientemente del hecho de que estés buscando inspiración para escribir, ve y comprométete con cualquier forma de arte. Pasa el día perdiéndote entre las pinturas de un museo local. Ve un espectáculo de rock independiente, o escucha algunas canciones de un álbum clásico. Lee algo diferente de tu género favorito, especialmente las obras que fueron escritas originalmente en otro idioma o en otro país. Y luego déjalo gestar.
Despeja tu mente, haz lo mundano como ducharte o ir de excursión. Y luego regresa a tu espacio de trabajo. Mira qué nuevas conexiones has hecho con las influencias de lo que había antes. Ese es el quid de casi todas las fuentes de inspiración, incluyendo las tres primeras que compartí más arriba.
También he preparado esta infografía gratuita sobre cómo encontrar inspiración cada día rellenando su pozo de la creatividad. Puedes descargarlo o imprimirlo y pegarlo en la pared junto a tu escritorio. Aunque hayas seguido el consejo de Liz Gilbert y esperado a tu musa, pero no te haya visitado hoy, proporciónale un terreno creativo maduro y nutrido para visitar mañana haciendo al menos una de las cosas de la lista de la búsqueda de la creatividad. Es tan fácil como suena.
Ya que estamos en este maravilloso año 2020, ¿cómo te inspiras mientras trabajas desde casa frente a una pantalla? ¡Comparte tus consejos en los comentarios más abajo para que todos nos beneficiemos!
